Página:2 Víctimas del Chic-Primera Edición.pdf/240

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
224
JOSÉ MANUEL HIDALGO.

-Si crees que tu madre tu ha perdonado, felicito tu alma por ese perdón, pero no necesitas del mío.

-Si, porque también á ti te he ofendido.

-Habrá sido con el pensamiento, pues jamás he sábido nada, y aunque lo hubiera sabido, te habría perdonado al saberlo.

-Tú no sabes todas las desgracias que me he atraído por mi culpa. Aquí vengo como inspirada por mi madre, que era una santa, que tanto te quiso y á quien tanto amaste, y en su nombre te pido que me oigas; no se desoye á quien mueve el arrepentimiento, á quien se humilla ante la virtud, y pide ser oída como un deber y un consuelo. ¿Quieres permitirme te refiera mis culpas y mi castigo?

Sylvain y Mercedes se miraban atónitos, la miraban y ella no los miraba, siempre con los ojos bajos.

-Invocas el nombre do tu santa madre, y tu acento revela la sinceridad.

-Pues escuchadme, primos míos, jueces ante los cuales vengo á pedir me permitan el castigo que quiero imponerme en vuestra casa. Fui, desde que vine al mundo, el encanto, la gloria de mi buena madre, fui su desvelo, fui lo único que, después de la muerte de mi padre, la hacia amar la vida, derra—