Página:2 Víctimas del Chic-Primera Edición.pdf/242

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
JOSÉ MANUEL HIDALGO.
226

nocimiento de la sociedad, manteniéndome en aquella honrada en que me presentaste primero, y más tarde en la dignísima con quien emparentaste, mi ambición debió considerarse satisfecha, colmada, y en ambas no habría visto sino costumbres honradas, goces puros, el cuidado del honor y respeto social, y no caer en un centro cuyo corazón no abriga nada digno ni elevado, engolfado en los placeres, jamás satisfecha su vanidad, y coronando todo el vicio cuyo descaro aumenta la impunidad revestida de las galas de un brillo impuro que, por desgracia, no ofende á las que por nada faltarian á sus deberes y alientan por la acogida que hacen á las que obran de un modo que reprueba su conciencia!¡Ah!¡no saben esas buenas almas lo que eso contribuyó á perderme! Si muestraran esa indulgencia, esa acogida sólo con las que no hacen alarde de culpas de que sólo Dios es juez, ya se mirarian las otras de hacer público el escándalo!

Por ser eso que llaman chic, falté á mis deberes, olvidé al cielo y á mi esposo, sin la excusa de la pasión que ciega, sin la demencia que vuelve inconsciente, y cambié de objeto como de vestido, con impudencia y descaro, y luego, para mi vergüenza y castigo, el cielo me hizo querer, querer de veras esa vez, con