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Página:7 de julio - novela (1906).djvu/163

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7 DE JULIO

tiros se repitieron, y sobre el tumulto descollaban tremendas voces que decían:

— ¡Viva el Rey absolutol

Y allá, más lejos, otras que no se entendían bien. Por callejones que no conocía, siguiendo á las personas del vecindario, que alarmadas salían de las casas, Soledad llegó á una calle, que reconoció por la de San Bernardo.

-—¡Ah!—murmuró.—Aquí me han dicho que está el batallón Sagrado, hacia la Cuesta de Santo Domingo. Vamos allá.

Para concluir pronto, acortando en lo posible las angustias de tal expedición, corrió en el rumbo indicado; pero al fin la mucha gente que se agolpaba en aquel sitio obligóla á detenerse. La muchedumbre retrocedió de repente, y viéronse varios soldados de á caballo, que sable en mano gritaban:

— jAtrás, á despejar!

Para no ser arrollada, Sólita huyó entre multitud de personas que se atropellaban, gritando:

— ¡Jarana! ¡Que vienen los guardias!... ¡Que van á disparar el cañón!

—Dígame usted, buen amigo— preguntó la joven á un hombre que á su lado iba: —¿dónde está el batallón Sagrado?

—¿El batallón Sagrado? Pues cuenta que está en la Plaza Mayor.

— Me habían dicho que en la Cuesta de Santo Domingo.

— Quiá, no señora. ¿Qué entiende usted de eso?

— Tiene usted razón, buen amigo: yo no en-