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Página:7 de julio - novela (1906).djvu/175

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7 DE JULIO

DB JULIO

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hoy hubiera leyenda, si hoy tuviéramos escultura y D. Benigno se pareciese á una estatua, iqué admirable figura la suya elevada sobre un pedestal en que se leyese: ¡Cordero en el paso de Boteros!

Rugiente y feroz se lanzó el comandante de cazadores. Estos cargaban como los infantes españoles de los graudes tiempos antiguos y modernos, con bríos y desenfado, cual si hicieran la cosa más natural. La falanje de papel destrozó á los caballeros invencibles de corazón de hierro, que se desconcertaron, no sólo por el empuje de los milicianos, sino por la sorpresa de verse tan bizarramente acometidos.

Ni remotamente lo esperaban. Unos cuantos volvieron la espajda, y la columna acabá de desorganizarse. ¡A correr 1 Vióse caer bastante gente de una y otra parte, y la derrota de los guardias era evidente en el paso de Boteros, porque alentados los milicianos, cayeron sobre ellos enfurecidos, y con el furor etc los unos crecía el desánimo délos otros. Corrieron, acuchillados sin piedad, por la calle Mayor en dirección de la Puerta del Sol.

En el momento del triunfo, un héroe, caído en tierra, befíaba con su sangre preciosa las piedras de la calle. Era D. Benigno Cordero.

Pero no lloréis, númenes de la historia. Para

gloria de la Milicia nacional de España, para gloria de la Humanidad, Cordero no murió, y restablecido en pocos días de sus heridas, disfrutó por muchos años de la dulce vida, haciendo la felicidad de su familia, de sus amigo» y de sus parroquianos en la modesta tiendeci-