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Página:7 de julio - novela (1906).djvu/176

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B. PÉREZ GALDÓS

. PÉREZ GALDÓS

ta de la subida á Santa Cruz. Boteros, las Termópilas de este hombre pequeño, no lleva fiu no *ubre.

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En la Amargara, Io3 granaderos y los cazadores de la Milicia rechazaban con igual bravura á los esclavos, y en el callejón del Infierno, sitio de encarnizada pelea, un hombre formidable, una encarnación del dios Marte con morrión, hundía su bayoneta en el pecho de nn faccioso, gritando con voz de cañonazo:

— ¡Por vida de los cien mil pares de gruesas de cjilindrones!... ¡perro, canalla, genízaroJ ¡Suelta la vida aquí mismo... suéltala!...

Ciego de ira, D. Patricio, el pacífico precep* tor, transformado en bestial sicario por el fuego político que inflamaba su alma, apretaba los dientes, abría los ojos como un estrangulado, y su proterva lengua blasfemaba. El entusiasmo hacía de D. Benigno Cordero un héroe; el fanatismo hacía de Sarmiento un soldadote estúpido. Tan ciego estaba, que cuando, bus compañeros corrieron por el callejón abajo, arrastrándole, siguió haciendo un uso la- { mentable de la bayoneta, y después de pinchar oon ella á un miliciano, la clavó en la pared, diciendo:

— ¡Y tú también... túl

En tanto, los guardias corrían en retirada