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Página:7 de julio - novela (1906).djvu/179

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7 DE JULIO

bios arcos de triunfo, para recibir como único premio un laurel de trapo ó la sonrisa de un Rey satisfecho!

Milicianos y pueblo, ó mejor dicho, guerreros y gente inerme, llenaban la vía pública, y todos chillaban, hombres, mujeres, chicos. No se podía dar un paso. Al sediento se le daba agua ó vino, comida al que tenía hambre, y ios heridos eran entrados en las casas. Los tres milicianos muertos en la Plaza tenían en derredor lastimoso coro de llantos é imprecaciones contra el despotismo. Cuarenta habían sido los heridos, entre ellos no pocos de bastante gravedad.

En cambio, los guardias dejaron catorce muertos on las calles. De sus heridos no se tenía noticia.

Cuando se inició el movimiento hacia la plaza de Palacio, hubo gran confusión. Querían los jefes que se retirase el paisanaje; pero el mar y el gentío no suelen obedecer al que les manda quitarse de en medio. Allí era de ver la actividad, la diligencia afanosa con que D. Primitivo Cordero quería abrir paso á una parte de su batallón.

—Señoras—dijo á unas buenas mujeres que en grupo inmóvil como una roca obstruía, con otras masas de hombres y chiquillos, la entrada de la calle de Milaneses,—hagan el favor de retirarse. Todavía no ha concluido esto... Atrás, atrás... á un lado todo el mundo.

Obediente en lo posible, la femenil pandilla se apretó contra sí misma, diciendo con parlero trinar de pájaros alborotados: