/ DE JULIO
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ayuda por muchos motivos y para muchas cosas*
— (PobrecillaL. Esto se acabará pronto. Romperemos filas y estaré á tus órdenes. Yo estoy aquí por complacer al Duque, que se empeñó en que viniera; pero esto no ha de durar < mucho más. i
— ¿Pero no se ha concluido todavía?... ¡Qué fuegol ¡Cuántos tiros, cuántas muertesl Me acordaré mientras viva, si vivo, de lo que he visto hoy. Yo salí á buscarte, fui á la calle Mayor, y sin saber cómo me vi cercada por todos lados. No podía salir de allí, ni volver á mi casa, donde había dejado en la situación más triste á mi pobre padre... Pude al fin guarecerme en un portal con otras mujeres durante el tiempo de los muchos, de los muchísimos tiros. Después salí. Gritaban porque habían triunfado... perdí el conocimiento... Yo seguí buscándote, y al fin supe que estabas aquí... pero no pude verte. Volvieron á sonarlos tiros, y tuve que huir... Entonces fui á mi casa, he acompañado á mi padre parte de la mañana, y después he salido otra vez en busca tuya, porque necesito de tí, como ya te he dicho, por diferentes razones.
— Lo supongo. Pronto me tendrás á tu lado—dijo Salvador con lástima.—¿Y qué sabes de Anatolio, le ha pasado algo?
—No sé nada. Desde el día 30 no hemos tenido noticias suyas.
— ¡Qué desgracial
—¿Y lú, estás herido? ¿Te ha pasado algo?
— Nada absolutamente. Esto ha sido un
