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Página:7 de julio - novela (1906).djvu/193

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7 DE JULIO

mi genio es mtíy quisquilloso, y le dije: c Señora, hágame el favor de no ser tan entrometida y marcharse de aquí, que no nos hacen falta visitas.»

— ¡Bien dicho!—afirmó Soledad.—Yo la hubiera puesto en la calle desde que llegó.

— ¿No dijo su nombre?— preguntó Monsalud.

— ¿Qué había de decir?

— ¿Sospechas tú quién pueda ser?— preguntó Soledad á su hermano.

— No,—repuso éste secamente, mirando ai suelo.

Doña Rosa, observando la familiaridad con que ambos jóvenes se trataban, no volvía de su asombro, pues no conocía pariente ni deudoalguno de los Gil de la Cuadra,, ni jamás vió entrar en la casa al hombre en aquellos instantes allí presentes,

— Este caballero— dijo con sorna,—será médico ó cirujano.

Ni Monsalud ni Sola le respondieron. Ambos tenían el pensamiento en otra parte, quizás en una misma parte los dos.

—¿Y qué se dice por ahí?—preguntó la vieja.—¿Es cierto que los guardias han sido acuchillados en el camino de Alcorcón, y que no queda uno para un remedio?

Tampoco recibió contestación.

— Pues la de hoy ha sido estupenda—continuó, resuelta á sostener el diálogo consigo misma.—Parece que han muerto máé de trescientos hombres. Algunos guardias, en su fuga, parece que de un salto se han puesto en Ar-