B. PKREZ GALDÓS
la Guardia Real... alférez déla Guardia Real,,
Sr. D. Patricio.
— ¡De la Guardia Real! Bien^
En la tal pastelería se hacea pasteles muy buenos* pasteles y nada raás," pasteles ni más ni menos.
— ¿Qué dice usted?
—Que á ese joven de la Guardia R)al le advierta usted que ande 'con pulso. Yo digo corno El Zurriago:
Y si de nuestras voces no hacen caso, con el martillo se saldrá del paso.
— Usted no olvida sus coplitas— dijo D. Urbano mostrando un humor festivo que en mucho tiempo no se le había conocido.—Pues allá va esa:
Dijo el sabio Salomón que para mandir á bueyes no se necesitan leyes: basta sólo un aguijón.
— Pues yo digo:
Ay, le lé, que toma que toma, ay, le lé, qu3 daca que daca; ya no bastan las razones, apelemos á la estaca.
Y si ésta no le gusta, allá va otra:
¡Qué martillito tan bonito! ¡Qué medicina siugularl Tú harás cesar todos los malea, como te sepan manejar.