Ir al contenido

Página:7 de julio - novela (1906).djvu/83

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
79
7 DE JULIO

torales, poniendo por esas nubes la sagrada Constitución. En cuanto á la Guardia, como molestaba tanto, decidieron que lo mejor era suprimirla por un decreto.

En esta situación política, la Milicia nacional voluntaria (el Gobierno quería con razón hacerla forzosa) era la institución más feliz del mundo, y los milicianos los hombres más bienaventurados de Madrid. No trabajaban; concurrían diariamente á festejos cívicos en que se empezaba comiendo y se concluía bebiendo; eran estimados por el vecindario, por nadie temidos, y únicamente por los serviles guardias despreciados. Se daban buena vida, vestían kijosos uniformes, formaban gallardamente en las procesiones, tiraban al blanco, y se tenían por el más firme sostén del Trono y del Sistema.

Verdad es que con tantas ocupaciones fuera de casa, más de un hogar estaba abandonado, muchas herramientas rodaban mohosas por el suelo, los chicos no iban á la escuela, y el orden y arreglo domésticos se resentían notoriamente. En regiones más altas, advertíase que muchos libros habían sufrido la infamante pena de horca; en diversas oficinas, bostezaban cubiertos de polvo los expedientes, y en no pocas casas de comercio, los géneros y las cuentas se resentían de falta de uso. En cambio, bastantes jóvenes de elevadas familias habían moralizado sus costumbres, trocando las calaveradas dispendiosas por la holgazanería disciplinada de las formaciones y de las guardias, lo cual ciertamente éra una ventaja. Se habrá comprendido por estas observaciones que la