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Página:Ad salutem humani.pdf/1

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Annus XXII - Vol. XXII
Num. 5
1 Mayo 1930


ACTA DE LA SEDE APOSTÓLICA


COMENTARIO OFICIAL



ACTA DE PÍO XI


ENCÍCLICA
A LOS VENERABLES PATRIARCAS, PRIMADOS, ARZOBISPOS, OBISPOS, Y OTROS ORDINARIOS EN PAZ Y COMUNIÓN CON LA SEDE APOSTÓLICA: DE SAN AGUSTÍN, OBISPO DE HIPONA Y DOCTOR DE LA IGLESIA, EN EL AÑO DEL DÉCIMO QUINTO CENTENARIO DE SU MUERTE


PÍO XI
VENERABLES HERMANOS
SALUD Y BENDICIÓN APOSTÓLICA

La asistencia eficaz con la que Jesucristo hasta ahora ha protegido y protegerá en el futuro a la Iglesia providencialmente fundada por él para la salud de la humanidad, si no pareciese ya conveniente de hecho, completamente necesaria, por la misma naturaleza misma de la institución divina y por la promesa del divino Fundador, como leemos en el Evangelio, podría, en todo caso, deducirse de todas las pruebas de la historia de la Iglesia misma, nunca contaminada por ninguna plaga del error, ni sacudida por las deserciones, por numerosas que sean, de sus hijos, ni por las persecuciones de los malvados, aunque llevados al extremo de la ferocidad, nunca limitada en su vigor, como con una juventud que se renueva continuamente. Varias fueron las formas y designios con los que Dios quiso, en cada época, dar estabilidad y favorecer el progreso de su perenne institución, pero sobre todo los proveyó despertando de cuando en cuando a hombres ilustres, porque ellos, con su ingenio y Obras admirablemente adecuadas a la variedad de tiempos y circunstancias, que frenaban y erradicaban el poder de las tinieblas, consolaban al pueblo cristiano.

ACTA, vol. X X I I , n. 5. — 1-5-930.
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