Y la morbosa accion de las pasiones
quién puede discernir? quién clasifica
sus casi indefinidas variaciones
que cada circunstancia modifica?
La idiosincracia dá sus inflecciones
y ensancha, y desarrolla, y ramifica
el jérmen primordial, de donde brote
la turpitud que la razon embota.
Venid á contestar, sagaces buzos
del hondo mar del organismo humane
decidme, sin entrar en los profusos
análisis de tánto y tánto arcano
Que no esplicais sin términos abstrus
decidme, qué pasion cargó su mano
sobre la frente despejada y ancha
de Eduardo, como jélida avalancha?
«Sentar esa cuestion, es resolverla»,
esclaman con un médico utopista[1]
Es el amor!—inestimable perla
que abraza en el pendon de su conqu
el sentimiento, enmudecido al verla,
y toda convulsion de sensualista:
es el amor endémico, que amarra
el alma á su desden, y la degarra!
- ↑ H. M. Gourrier.