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LXXI

Vaga tal vez sin rumbo, como el ave
que inicia retozando su volido;
tal vez confia que el bullicio lave
las sombras que a su älma han trascendido;
ó ántes, tal vez, que su pasion se agrave,
quiere fortalecerse en el olvido,
y su esperanza desolada arrumba
del corazon en la sagrada tumba.

LXXII

Si trata de cerrar alguna herida,
algun recuerdo que tenaz lo aflije,—tímida voz de la ilusion perdida
que se levanta y en su juez se erije;
y es flaca su razon despavorida
cuando sin tino panacea elije,—
por qué no atiende la palabra pura
del corazon, que es fuente de ternura?

LXXIII

Ah! su clamor no engaña; y él tenia
un corazon leál á toda prueba,
que en los momentos críticos oía
unísono latir con vida nueva...
Al que á sentir se arriesga, dios lo guia,
si no ata su afeccion, ni la amanceba
con dogmas de católicos prejuicios
que mistifican el amor en vicios.