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Que no hay para el bardo ventura completa
Si acaso la lira llegará á perder.
 ¿Unir á mi acento tu voz poderosa?
¿Y como atreverme contigo á cantar?
Si solo escuchando tu voz melodiosa
No puede mi lira ni un' son preludiar.
 Tu acento es el éco que va repetido
Por manso arroyuelo, por selva y palmar;
Tu canto es el trino del ave en su nido,
La voz del torrente, la queja del mar.
 Y el tierno susurro, la voz misteriosa,
Del valle escondido, del verde pensil,
Que en noches calladas resbala amorosa
Y en flores y ramas se mece sutil.
 Tu pulsas las cuerdas del arpa de Apolo
Y encuentras en ella perenne raudal,
Por eso ¡Oh Fornáris! de un polo á otro polo
Al son de tus cantos te harás inmortal.
 ¿Y quieres que juntos cantemos un dia?
¡Tan altos escollos no puedo arrostrar!
Si tu me diriges..... entonces Maria
Pudiera atreverse contigo á cantar.
 Y en cuanto á las flores que quieres mandarme
No acepto claveles ni azul tulipan;
De Cuba mi patria ven solo á brindarme
Un lirio silvestre del claro San Juan.

 Cuando el Liceo de Guanabacoa contaba en el número de sus mas entusiastas socios al Sr. D. Nicolás Azcárate, este Sr. comprometió á Maria, en nombre del alto aprecio que generalmente se le tributa, para que leyese algo en él, y venciendo su natural timidez hizo un esfuerzo por complacer á tan distinguido caballero, y recitó ante la numerosa é ilustrada concurrencia unas octavas cuyo asunto principal era alentar la sociedad á que continuase siempre por la senda del progreso: numerosas fueron las demostraciones de aprobacion que recibió.