Página:Almanaque del espiritismo. 1873.pdf/45

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

Lógica es tu tristeza, justo y legitimo tu deseo. El no mfisfacerte seria faltar á esa bondad que tanto encomío, por lo cual corro procureso acou-testarte.

He aqui mi respuesta: Conozco bien el camino y voy a señalártelo, tú tambien lo conocerás por las señas.

Ea, aunque penoso, corto; dc fácil acceso, nun- que cscabroso; y si escelloey peligros tiene, nin- guno hay superior á. tus fuerzas.

Cerca lo tienes..... Míralo tú..... Si... Eres tú mismo..."

Los escenas y peligros son tus pasiones; el cu- mino el sufrimiento.

Sufre y domina tus pasiones y habrás resuelto el problema; y sino , que oiga el que oidos tenga; oye, pues que oidos tienes.

Para dominar las pasiones se lucha, porque la pasion arrastre al hombre al objeto que la produce y se goza en ello.

El que lucha contre su gusto, padece; y por lo tanto siente necesidad de consuelo.

Quien siente esta necesidad y es consulado agradece, y el que agradece ya tiene el amor en gérmen.

Da condiciones á este germen y tomará desarrollo.

Busqucmos y las hallaremos en el sufrimiento mismo; que unasasrfi impuesto y otras voluntario.

Primer supuesto-espiacion:—Haz sufrir al hombre con los objetos que le producen la pasion y los aborrecerá. 6 lo que es lo mismo se irá desprendiendo de ellas.

Verás que a medida que su desprende de sus afecciones va adquiriendo cualidades medianímicas.

Y cuando se desprende de todas ellas se reconcentrará en si mismo y se hallará espiritualizndo.

Mas ya el hombre espiritual disfruta de los condiciones que le son propias.

Esto es; entra en la plenitud de sus fiieultndes, y entonces comprende lo que le falta, y cuál fue la causa dc su caida, y hace esfuerzos para adquirir aquella como para evitar esta.

Ve tambien que no se consigue este sino Amndo á Dios sobre lada: la: cara: y flprógima como a si mimo.

Esta leccion la aprende el hombre del Dios mismo, que en cambio de la ofensa colma de bondades a sus hijos.

Convencido el hombre de la necesidad de amar á Dios, á sus hermanos, sólo le resta probar á los demás seres para enseñanza y á si mismo lu ver- dad de este convencimiento.

Para que al individuo pueda probar esto y responder de sí mismo cs preciso que tome lu cruz de la abnegacion y apuro la copa delos sinsabores, sufrimiento voluntario.

Esta cruz no podrá llevarla nadie si antes no se convence de las ventajas que trae.

Convencido de su utilidad, no solamente no la rehuye sino que u acepta y aun la busca.

Y por último: El que tomare esta cruz y la lle- vare hasta el Calvario, este será salvo , porque ya dueño y señor de su ser, y libre de todo error, volverá á disfrutar de la gloriosa potestad que tuvo antes del principio.

Y este es el Fin.

S. FLorencio Redondo.


¡CADA SER UN MISTERIO!
MUERTA.

La fúnebre estancia se halla ataviada lujosamente: espléndidos cortinajes de terciopelo franjeado de oro cubren las paredes; sobre un lecho rícamente adornado, rodeado de blandones, yace Amalia Josefina Guillermina, la hermosa princesa, encanto del mundo. Respetuosos criados, cubiertos por la mano de la vanidad con aparatosas libreas, velan el cuerpo de su señora. La palidez de la muerte cubre aquellas mejillas que la rosa matizó, aquellos lábios que el carmin vivificó,