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"ww" DESCHAVE SOCIOLÓGICO DEL PATRIARCADO "ima

MASCULINO, FEMENINO, NEUTRO

JOSEP-VICENT MARQUES

VOLVER A HABLAR DE FEMENINO Y MASCULINO

Boabdil llorando ¿como un niño va- rón a quien le quitan su juguete?... Mi- guel Bosé reconociendo ¿virilmente? que he tenido relaciones homose- xuales... Juan Pablo II condenando deli- cada y ¿femeninamente? el aborto... La señora María dando a luz ¿virilmente? el aborto... Lola Flores gritando ¿muy femenina? que va a coser a puñaladas a su rival... Carlos Gardel llorando ¿como un hombre? una traición ¿femenina? A menudo, cuando se habla de opresión de la mujer o de igualdad de derechos, casi todo el mundo —estén de acuerdo o no— habla de lo mismo. Pero en el asun- to de “lo masculino” y “lo femenino” no se llega a saber dónde están las discre- pancias de fondo y dónde la interferen- cia de lenguaje y niveles del discurso muy distintos. El diálogo para besugos está prácticamente asegurado.

Todo parecía, sin embargo, estar claro en ciertos círculos. Habíamos de-

cidido que eso de lo masculino y lo feme-

nino era una chorrada. No había más di- ferencias que las relativas a la repro- ducción y había que hacer iguales a

hombres y mujeres, lo que en la prácti- ca significaba hacer a las mujeres como los hombres. Así, pues, las mozas de ta- lante progresista se pusieron su anorak y sus pantalones de pana para hacer po- lítica y los militantes masculinos logra- ron algún éxito en convencerlas de que' nada tan sano como una penetración de- safectivizada (historia que a veces se salvaba por cierto afecto subyacente). A cambio, los varones íbamos a fregar algunos platos, de lo que daríamos, cumplida cuenta a las amistades progres, y negociaríamos la limpieza del rellano de la escalera porque el cachondeo de los vecinos podría obsta- culizar la acción entre las masas.

Abolir lo masculino y lo femenino había tenido un efecto claro: no se cues- tionaba lo masculino, sólo se perdía su monopolio. Por otra parte, una astuta elipsis permitía al varón progre seguir encontrando encantador algo que, ya fuese femenino o mero residuo de otros tiempos, era distinto de su tosquedad o de su angustia.

Luego vinieron algunas feministas hablando del clítoris, el bordado, la identidad, el speculum, la ternura, la di- ferencia, la maternidad, el lesbia-


Josep-Vicent Marques nació en Valencia en 1941. Sociólogo, dedicó su producción ensayística a la crítica de la vida cotidiana. Libros publicados en español: ¿Qué hace el poder en tu cama?, El Viejo Topo, Barce- lona, 1981 (próx. edición por Ed. Prarisk No es natural, Anagrama, Barcelona, 1984. El artículo que presenta- mos hoy apareció en la revista El Viejo Topo 47, en Barcelona.

Hemos respetado estrictamente el texto original, por lo cual aparecerán en la lectura vocablos de un fuerte localismo, pero creemos que no dificulta su comprensión, y mantiene intacto el tono de la nota. Nos vimos obligadas a suspender la publicación de la parte HI (Historias de chicas y chicos) en razón de su exten- sión. Son historias de sentido independiente entre sí, que iremos publicando en los sucesivos boletines. --