Página:Alternativa Feminista 5.djvu/28

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REFLEXIONES

éporqué?

Por qué el feminismo para mi es una pregunta que me hacen se- guido. Sucede que, por circuns- tancias, estrictamente persona- les y algunas afortunadas coin- cidencias me he visto libre de la mayor parte de las contras tipicas del sistema; Pude estu- diar lo que quise, consegui tra- bajar (y vivir de mi trabajo) en una profesion folkloricamente considerada nmsculina, me casé, me divorcié y sigo viva... Ni siquiera nunca nadie me toco el culo en el colectivo, mire vea.

Hubo otras cosas, claro. Yo sianpre pensé que habia una ma- nera de ser mujer. Una técnica, una serie de reglas a seguir. Todas las demés mujeres las sa- bifln Y Yo no. Mi mama tampoco. A ella la fastidiaban las horas 9" 13 Deluqueria y las charlas de cocina, como a mi. Se le ranpian las medias de nylon y le dolian los pies con los zapatos de tacos altos, cano a mi, se enojaba con los seflores que la trataban cano a un nifio ligera- mente atrasado. Trinaba por te- "9? que poner la mesa y calentar la cena. al volver del negocio, mientras papa se sentaba a leer 31 diflrio Y esperar que la cena le fuese servida. Se enfurecia

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Pot Nbnica Torres

por la guarangada callejera y los chistes en los que las muje- res eran presentadas como idio- tas. Igual se vestia de sefiora y servia la cena y sonreia, pese a los zapatos, pero la fastidia- ba y no hubiese dejado de traba- jar. Eso no era ser mujer. Ser mujer era hacer todo eso, estar todo,pero todo, el dia en casa, y que, ademés, a una le gusta- se. Los afios pasaron, fui des- Efibriendo otras cosas que tam- bién tenia que ser y que gustar- nn. Ms de la mitad de ellas simpleente me ponian e1 pelo de punta. También descubri que co- sas tenian que disgustarme. Era espantoso: la mayoria me encan- taban.

A los veintinueve afios se- guia creyendo todo eso y habia llegado a la sana conclusion de que yo no era una mujer, exceoto por el accidente que era mi cuerpo. No podia serlo: simple- mente no coincidia con la des- cripcién.

A esa altura me di de manos a boca contra el feninismo y sus benditos grupos de autoconcien- cia. Hablé con las otras muje- res. Descubri que era la des- cripcion la que no coincidia con las mujeres de carne y hueso.