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él fuese el causante de todo? Solo á Dios le era posible saberlo, y quizá ni él mismo lo sabia!

Una noche rué á visitar á su «amigo» y le encontró leyendo.

— Qué haces? preguntó.

— Estudio, estudio siempre.

— ¿Así, pues, estas decidido á dedicarte á las letras?

— Completamente decidido.

— ¿No te arredra el cuadro que te presenté hace poco?

— No! Lo que me arredra es ser de nuevo una de las principales figuras del cuadro que vimos despues!

— Pero corres á la miseria! El comercio ....

— Cuando uno siente que la ambicion despierta en sí; cuando se cree llamado á cumplir una tarea en este mundo; cuando le parece que alguien murmura en su oído; estudia! escribe! debe dejarlo todo para escuchar esa voz y seguir ese consejo. Es lo que hago. Por otra parte, no creo caer en la

miseria; bien se puede estudiar y trabajar al propio tiempo, pues no es difícil escribir y ocuparse en otra cosa.