separacion. Deseo que el terrible instante no te tome de sorpresa, para que no sufras mucho!...
— Madre mia!
— Pero tambien voy á pedirte algo.
— Pedirme! Pero si todo lo que tengo es tuyo! Sabes que te pertenezco.
— No por entero.
— Qué quieres decir?
— Amas á Ernesto, no es verdad?
— Oh! mamá!
— Dílo, no calles. Uno debe avergonzarse de los malos, pero no de los buenos sentimientos! Y el amor es, Manuela, algo de lo mas noble que el Hacedor ha puesto en nuestras almas. Le quieres ¿no es cierto?
— Pues bien, dijo la niña titubeando aún, creo que sí.
— Hija mia! murmuró la anciana.
Luego permaneció largo rato silenciosa.
¡Quién sabe qué proyectos hacia para el porvenir de ese pedazo de su corazon!
— Amale mucho, dijo despues; él lo merece. Es
un noble jóven y será
s dichosa.....
— Pero si él... se atrevió á suspirar la niña.