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XXVIII
IDILIO
A partir de aquella noche, todo cambió de aspecto. Los jóvenes se rezarcian de los pasados sufrimientos, y pasaban largas horas uno al lado del otro, mirándose con expresion de cariño, y hablando de esas mil tonterias que se dicen en esos casos, cuando se teme abordar cuestiones mas sérias.
Dolores y don Miguel estaban al corriente de todo.
Ella le habia relatado la escena que presenció en su habitacion, lo que causó al anciano la mas viva alegria.
— Así, pues, los veremos casados un dia ú otro! exclamaba, porque se casarán; no le parece á Vd? Se casarán ¡ya lo creo!
La buena mujer no le habia dado cuenta de los