Esta página ha sido validada
— 50 —
— Me alegro.
— Te ama ella?
— No lo sé. Ya te dije que no la he confiado mi secreto, secreto que nadie conoce mas que tú y yo.
— Yo lo guardaré. Pero no te ha dado á entender por miradas, ó palabras, ó hechos que tu amor es correspondido? No has visto en ella nada que te lo haga suponer?
— No; me demuestra amistad, cariño de hermana.
— Debias haber tratado de sondar su corazon, de ver si te quiere.
— Es tan dificil!
— Nada es dificil cuando uno se pone á ello.
— Pero ¿cómo lo haré?
— Deja eso á mi cuidado.
— Cómo! tú. . .
— Si; en una de las visitas que haga á casa de Arello trataré de saber si Manuela te quiere.
— De veras!
— Te lo aseguro.
— Cuánto te lo agradezco!
— No me lo digas, pues de otro modo no te creeré.