MARGARITA ABELLA CAPRILE
MITRE
Cerebro poderoso de claridades lleno
Que hiciste de lo bello la luz de tu existencia;
La norma inquebrantable se afirmó en tu conciencia Y siendo sabio y grande fuiste ante todo bueno.
¡Oh, Mitre, digna ráfaga del pensamiento heleno, Yo proclamo, entusiasta, tu límpida excelencia, Tu severa constancia, tu virtud y tu ciencia
Y la amplia perspectiva de tu mirar sereno!
La nobleza es el nimbo de tu cabeza augusta. Tu vida inmaculada, tu lucha sin fatiga Son el orgullo santo del alma nacional.
Huiste de la gloria, pero celosa y justa, —No queriendo ser menos que la bala enemiga— ¡La gloria hirió tu frente con su dardo inmortal!
EL SUEÑO
Vinieron los niños. Me dijeron: —“Oye:
¿tú sueñas?” (¡Dios mío, qué cosas divinas preguntan los niños!) —“Sí, siempre que duermo y a veces... de día”.
—"¡¿De día? ¡Qué raro!” Y nueva pregunta: “Dinos lo que ahora mismo estás soñando”. (¿Dónde hallar respuesta?) —“Cuando se termine habré de contarlo”.
Cuando se termine... (El caso es que nunca mi sueño consciente, por serlo, se acaba; como fin no tiene, quedará en silencio guardado en mi alma...)
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