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382 ANTOLOGÍA DE LA POESÍA FEMENINA ARGENTINA

Las lejanas pupilas encendidas

en la luz de los oros florentinos;

y las carnes sin luz, palidecidas, saliendo de otros siglos y destinos.

En el agua lustral de la Belleza, redimida de atávica impureza, en tocado de diáfano color,

ser por gracia mortal la eterna Amada, que se vuelva a tu vida, ¡iluminada como un púdico fresco del Amor!

FiEGIA A FRANCISCO LOPEZ MERINO

Te fuiste, así, como viviste, Poeta del tono menor;

el silencio en callar persiste; noble manera del dolor.

Llama pura, en un cirio ardiste; tu pena se resolvió en flor;

la tristeza hoy está más triste; ¡se nombra muerte y era amor!

A la vida, manso, le diste,

tu ensueño en un simple color; la verdad de lo que tú fuiste se fué con tu mundo interior.

El silencio en callar persiste; sabiduría del dolor;

el verso que no nos dijiste, ¡era de todos el mejor!

Poeta: tu gracia me asiste; acalla el tremendo clamor; ¡mi pena es una canción triste sollozada en tono menor!