Página:Anton Chejov - Historia de mi vida - Los campesinos.djvu/179

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

174

Cuando entramos en la ciudad, Ana Blagovo, turbada, llena de emoción, los ojos enrojecidos, me estrecha la mano y se separa de mí. Ella continúa su camino sola, grave, severa, triste. Y ningún transeúnte, viéndola tan severa y reservada, creería que momentos antes marchaba a mi lado y acariciaba conmigo a la gentil niñita.





FIN