nos de tal nombre; sus ideas y sus proyectos deben ser pesados detenidamente en la ejecución por los hombres que están encargados en el orden práctico de las cosas, de realizar con arreglo á la posibilidad y á la conveniencia del momento las generales aspiraciones. La idea de dominar en África y reconstituir allí nuestros antiguos límites es en sí grande, noble, útil, posible en la historia; y como la paz no ha realizado desde luego este fin, tiene fácil y satisfactoria explicación el espontáneo sentimiento que ha motivado el disgusto público. Mas juzgando con frialdad las cosas, no ahora que otros acontecimientos han distraído la atención general, y justificado á los ojos del mayor número la previsión del gobierno, sino cuando era más cruda la guerra, y nadie divisaba su término, ¿debía nadie exigir que hoy mismo, apenas restablecido el país de sus largas discordias, convaleciente la Hacienda, naciente la actividad productora del comercio, la agricultura y la industria, se emprendiese la obra de llevar de una vez al Atlas nuestra frontera? Aunque sean esos los destinos de nuestra raza en su futuro desarrollo histórico, ¿no había hasta el peligro de malograrlos para siempre, pretendiendo su cumplimiento á deshora? ¡Hartas empresas fuera de ocasión, antes ó después de ser posibles, registran nuestros anales patrios! ¡Harto explican ellas la decadencia política que lloramos todavía! La política es la realización en cada momento de la historia, de la parte que en él es posible llevar á cabo de la aspiración ideal de una raza ó de una generación entera de hombres. Sólo la poesía puede prescindir del tiempo y del espacio, del número y de la medida, en la expresión de sus sentimientos. En cuanto á los hombres de
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