Página:Azabache (1909).pdf/60

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
— 56 —

ha tocado en suerte, y lo siento por ti; pero puedo asegurarte que las casas buenas hacen á los caballos buenos. Yo quiero á mis amos, y por nada del mundo les daría un disgusto. Además —prosiguió;— supónte que me dedicara ahora á dar coces, ¿qué sería de mí? Me venderían inmediatamente, y tal vez iría á parar en ser el esclavo de algún muchacho de carnicería, ó á una plaza de alquiler donde no se ocupasen más que de hacerme correr á todo escape, ó tirar de un carricoche arrastrando á tres ó cuatro hombres grandes en sus orgías de los domingos, como tuve ocasión de ver en la casa donde estuve antes de venir á ésta. No —dijo por último;— no es ese mi modo de pensar, ni espero que lo sea nunca.