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primeros dias del conflicto á la necesidad del pueblo y en limpiar los cauces de aguas, señaladamente los del Rio Pensativo, que, abundantes con las llúvias y embarazados de los fragmentos, dieron motivo al temor de una inundacion; y éstas, trabajando infatigablemente de dia y noche, en dar providencias, evitar desórdenes, conducir operarios, introducir bastimentos, allanar caminos y otros empleos y disposiciones con que, no solo practicaban con prontitud y fidelidad las órdenes que recibian del Sr. Presidente, sino que ponian en ejecucion otros muchos medios y arbitrios que les dictaba su prudencia y que, acelerando los pasos al consuelo, hicieron menos doloroso el golpe. Mas, aunque fuéron prudentísimos sus consejos y su actívidad en la práctica de ellos grande, solo podian tener el efecto de aliviar, no de sanar tan graves males, porque no habia medicina en lo humano que pudiese enteramente remediarlos. Los templos y demas fábricas arruinadas, los muebles, bienes y menajes perdidos, las gentes dispersas, los comercios parados, los negocios entorpecidos, no permitian otro consuelo que el que trae consigo una cristiana conformidad en semejantes casos. La estacion del tiempo, tan rigorosa, en sus diarias abundantes llúvias, añadia nuevas causas al dolor. Mas, sobre todo, la turbacion de la tierra que, implacable en su furor, repetia porfiadamente sus movimientos, unos de menor impulso y mas breve duracion que otros, pero muchos de larga duracion y grave impulso, induciendo nuevo pavor en los ánimos y dando aviso de estar aun irritado contra nuestros delitos el Cielo y de no haber dejado Dios el azote de la mano, para seguir el castigo; hacía temer en los fracasos de una sumersion, mayores infortunios y que, abierta en bocas la tierra, sepultáse á los moradores de la infeliz Capital en sus senos. Dieron fundamento á estos temores, algunas grietas que en la superficie de la tierra se descubrieron en varias partes: muchos arcos, paredes y azoteas que, á los vaivenes del suelo se abrían y cerraban: otras, que inclinadas á él, torna-