El P. Rafael Landívar, Jesuita de los expulsos el año de 1767, con motivo de la ruina acaecida en 1765, dedicó á Guatemala, su pátria, la siguiente composicion, que se halla al frente de una obra que imprimió en Italia, con el nombre de Rusticatio Mexicana. Dicha composicion fuè traducida en Guatemala por el Sr. Lic. D. José Domingo Dieguez, y se publicó en 1842 en el Calendario de la Paz. El mèrito de ella y la circunstancia de hacer alusion á otra ruina, padecída en la Antigua Guatemala, nos ha sugerido la idea de reproducirla en este lugar. Dice así:
Salud, salud, ó dulce Guatemala,
Orígen y delicia de mi vida!
Deja, hermosa, que traiga à la memoria
Las dotes las ofrendas que convidas:
Tus fuentes agradables, tus mercados,
Tus templos, tus hogares y tu clíma.
- Ya me parece que tus altos montes
A lo léjos mi vista determina,
Y las praderas y campiñas verdes
Que eterna primavera fertilizan.
Cada rato me cercan las ideas
De los torrentes de aguas cristalinas,
Y sus playas techadas de sombríos,
Por donde las corrientes se deslizan:
Los retretes de adornos decorados;
Y los verjeles de las rosas chiprias.
- ¿Qué fuera, si yo el lujo recordase
De dorados damascos y cortinas,
Ya de sedas vistosas, ya de lanas
Con la tyria escarlata bien teñidas?
- Para mí siempre fueron estas cosas
Un nutrimento, un gusto bien sentido,
Y dulce alivio que socorre al alma