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Despues de un rato se volvió al negro y le dijo.

—Manuel : mañana temprano iras á casa de Jaime y le dirás que le espero á almorzar.

—Está bien señor.

—Puedes retirarte.

Asi que Aguilar quedó solo, volvió á su agitado paseo.

-No hay duda, decia, esta muger tiene el diablo en el cuerpo.... Se resiste.... se resiste .... los medios pacíficos están agotados ya.... Me he humillado demasiado y basta. He sido Un necio en andarme con tantas contemplaciones. Vamos a los medios enérgicos que son los que producen mejores resultados. Mi plan.... no puede ser mejor. Jaime es un arrogante mozo y ausiliado con mi dinero.... vamos! no hay mas que hablar. La chica es mia.

Diciendo esto, se acomodó en su cama y una hora despues dormia profundamente.

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Al dia siguiente hacia preparar Aguilar un espléndido almuerzo y hacia colocar en su mesa dos cubiertos.

A las once de la mañana llamaron á la puerta de la calle y un momento despues se presentaba en el comedor un jóven como de veinte y cinco años de edad.

Su fino cabello era negro, su color blanco pálido, sus ojos negros y rasgados tenian una es-