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Se acercaba al lecho de un moribundo, á darle los los consuelos de la religion. Sus dulces y consoladoras palabras tenian una grande y benéfica influencia sobre el espíritu del enfermo, y aliviaba su corazon del peso que la proximidad de la muerte, hace gravitar sobre el corazon humano.

Una hora despues volvia al lado del mismo desventurndo, trayéndole un nuevo consuelo.

Entonces le traia á Mercedes, al pan de sus pequeños hijos, a la salvacion de sus inocentes criaturas.

Entonces el agonizante cerraba los ojos, bendiciendo en Mercedes á la mano de Dios, protectora de la virtud indigente.

Sí! La fortuna en las manos de un ser con el corazon de Mercedes, es una tabla de salvacion, puesta por Dios en el mundo, para el infeliz náufrago que se vé envuelto por las furiosas ondas del mar de la miseria. Lo mismo que la fortuna en poder de un hombre como D. Blas Aguilar, es como una aguda y cortante daga, colocada en las manos de un antropófago.

Asi que Mercedes llegó a su casa el dia de la muerte de Dª. Marta, corrió á la habitacion en que sus sirvientas habian colocado á la costurera.

Encontró a esta presa de una' horrorosa fiebre. En su ardiente delirio esclamaba:

—Tia!!.... ella me llama .... en el cielo.... allá voy..... Cárlos !

De repente un acceso de desesperacion venia