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que habian venido y por los grandes bolazos que contaban los agentes de inmigracion para atraerlos y ganar la comision que les pagaba el gobierno.

Por esto la gente ignorante creia que no habia mas que venir á América y recoger las onzas de oro que andaban tiradas por la calle.

Personas que hacia apénas un año que habian salido de allí, ya habian enviado algunos miles de francos y noticiado de que aquí estaban ganando cien ó doscientos francos al mes, lo que allí representaba cinco veces lo que se podia ganar.

Es que tambien en aquellos buenos tiempos aquí se ganaba el dinero con mucha mas facilidad, porqué el dinero abundaba y habia trabajo con exceso.

Cualquier changador se ganaba cómodamente cincuenta pesos al dia, lo que para un infeliz de aquellos, que vivia con dos ó tres, representaba una renta fabulosa de tres mil francos al año.

Cualquier trabajador honrado y vivo que abria un boliche ó un bodegon, á la vuelta de dos años era dueño de un almacen ó de una fonda que representaba un capital.

Estas noticias iban á su tierra con la exageracion consiguiente, aumentadas por los agentes de inmigracion, y de allí resultaba la creencia general de que en América se encontraba el dinero por la calle, ó que con solo conchabarse de sirviente se ganaba una fortuna en pocos años, pues todo cuanto se ganaba podia guardarse, puesto que el patron se encargaba de llenar con largueza todas las necesidades de la vida.

Pero ya aquellas facilidades no eran las mismas, y el que venia lleno de sueños de fortuna rápida, se encontraba con que realmente podia hacerse una fortuna, pero á fuerza de trabajo, de economías y de sacrificios.

Carlo Lanza desde que pensó en venir á América no descansó ya un momento, pensando en los medios con los que podria proporcionarse el dinero necesario.

Inteligente y vivo, desde el primer momento rechazó la idea de venir como inmigrante, comprendiendo que esto non podia convenirle bajo ningun punto de vista.

Si los que venian como inmigrantes adquirian posicion y fortuna en poco tiempo ¿qué no sucederia con los que llegaban como pasageros y aparentando desde su llegada un capital de dinero y de posicion?

Pero entónces los pasages de Europa eran mucho mas caros, y su importe allí era de difícil adquisicion para un hombre que, como Lanza, nada tenia ni nada valia en su ciudad natal.

El no tenia oficio, ni sabia hacer nada mas que gastar dinero, y con esto en Europa no se consigue sinó miseria y hambre.

Carlo, lleno de fé en el éxito de su empresa, vió á su familia para que le proporcionase el dinero que necesitaba, explicándole su idea y prometiendo devolvérselo multiplicado al poco tiempo.