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Contenta volví á lo de mi tio, le conté que ya habia encontrado acomodo en casa de unas modistas, y aquel mismo dia me mudé, en medio de una armonía convencional y prometiendo á la familia venir á visitarla de cuando en cuando, siempre que quisieran recibirme.

Y sin mas trámite me trasladé á dicho casino, donde me has encontrado.

Al principio su dueña quiso explotarme como le pareció mejor, pensando aprovechar lo triste de mi situacion, pero cuando se convenció que eso era imposible porqué yo no me prestaba á mas de lo que habíamos convenido, me dejó en completa libertad de accion.

Si ahora la has visto alarmada al extremo de no querer dejarnos solos un momento, es porqué es la primera vez que me vé demostrar preferencias por una persona; y siendo esta persona una de tu posicion, ha tenido miedo que vayas á sonsacarme y llevarme á otra parte, nada mas; le ha llamado la atencion vernos en relacion tan íntima, aunque yo le dije que era la primera vez que nos veíamos.

Luego, ella pretendia hacerte pagar botella tras botella, y como yo no me presto á estas explotaciones, mandaba quien consumiera el vino y te hiciera pagar otra botella.

Así terminó la historia que Luisa Maggi contó a Lanza, y que este escuchó con un raro recogimiento y demostrando un interés siempre creciente.