Página:Carlo Lanza - Eduardo Gutierrez.pdf/258

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
— 258 —
El primer contratiempo.

Ya quedaba Lanza perfectamente lanzado en el comercio como fuerte consignatario.

Su clientela de napolitanos habia aumentado mucho, al extremo de que con ella sola se hubiera podido sostener.

Lanza comprendió que necesitaba todo su tiempo para atender á sus negocios y á su escritorio, siéndole urgente entónces retirarse de lo de Caprile.

La felicidad de su hogar era completa; Luisa lo amaba inmensamente y su cariño aumentaba cada dia al ver la conducta irreprochable de la jóven, que vivia completamente entregada al trabajo y al amor de su marido.

Puede decirse que Luisa habia roto con todas sus relaciones pues solo se visitaba con sus tios.

Todo su dia y gran parte de la noche la empleaba en sus trabajos de modista y á embalsamar pájaros, siendo este último trabajo el que mas le producia.

Lanza la miraba cariñosamente y le decia que pronto quedaria libre de todo trabajo, y entregada como una señora, á disfrutar del dinero que él ganara á manos llenas.

Habiendo decidido retirarse de lo de Caprile, duplicó sus pequeñas operaciones de explotaciones y de sonsacamiento de clientela.

Ya á todos los que iban por la mañana á remitir dinero, les decia que la casa no se ocupaba mas de pequeñas operaciones, y los remitia á su escritorio, haciendo de él las mas exageradas ponderaciones.

Estos nuevos clientes se encontraban en lo de Lanza con los otros que iban á recibir ó remitir cartas y como éstos les referian las muchas ventajas que allí habian hallado, se quedaban sin la menor vacilacion.

La casa de Caprile no pudo ménos que notar la gran disminucion de clientela que habia tenido de tres meses á entónces y empezó á inquirir la causa sin poder atinar con ella.