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Felizmente cuando él entró, la señora Nina no estaba en casa, porqué ya se habia ido al mercado.

Y se recogió, encargando al mozo que lo llamase cuando ella viniera.

Se sentia tan enfermo, que creyó que si no se ponía en asistencia, podia muy bien llevárselo la trampa.

El descalabro.

La señora Nina tuvo un sério disgusto cuando vió enfermo á su jóven huesped.

En el acto mandó llamar á un médico y lo puso bajo la mas cariñosa asistencia.

Lanza tenia una fiebre terrible, y en el delirio que ella le producia, no hacia sinó hablar de jugadas, de ocho mil pesos y de espantosa miseria.

—Esta fiebre es producida por una gran impresion que ha sufrido el jóven, decia el médico; no tiene mal carácter, pero tardará algo en curar, pues la impresion dura en su espíritu; se vé esto en el delirio.

Y la señora Nina trataba de distraer al jóven cuanto le era posible, aunque el delirio de este la habia puesto en el secreto de muchas cosas que la llenáron de sorpresa.

Lanza deliraba con que el dueño del hotel Washington lo perseguia por todas partes con su equipaje y su cuenta, referia los préstamos de Caraccio y sus jugadas en el Casino de la Bolsa, pidiendo que no fueran á decirle nada á ella, para no perder su pension.

Con un corazon sumamente bondadoso, no quiso decir la menor palabra; se convenció que aquel Lanza á quien tantas consideraciones habia tenido, era un simple pillo, pero resolvió atenderlo hasta que estuviera bueno, reservándose hasta entónces el derecho de tener con él una explicacion terminante.

Lanza fué mejorando poco á poco, hasta que ocho dias despues, si no bueno absolutamente, estaba notablemente mejor.

Cuando supo que durante la fiebre habia delirado, sintió una amargura infinita.

Si habia delirado era imposible que no hubiera hablado de lo que tanto interés tenia en ocultar.

Solo la señora Nina le habia escuchado, y como esta nada le decia, Lanza empezó á experimentar una vaga esperanza que no tardó en desvanecerse.

Cuando estuvo radicalmente bueno, Nina provocó entónces una explicacion, explicacion tanto mas interesante para ella, cuanto que hacia ya mas de tres meses que Lanza estaba alojado allí.

—Es preciso, amigo mio, que usted me aclare ciertos puntos, le dijo bruscamente y ya perdida toda consideracion.

¿Cuándo piensa usted recibir dinero y cuándo piensa saldar la cuenta que tiene en el hotel?