son anchas y mal formadas,
porque es ancho su calzado;
el nuestro más escotado,
y así son diferenciadas.
Yo seguro que no está
muy lejos de aquí escondido,
porque el rastro he ya perdido;
mas el sol alto está ya,
y yo mal apercibido.
Aquí me quiero esconder
hasta que al anochecer
torne a seguir mi viaje;
que en este mismo paraje
Mostagán viene a caer.
Pues el sol sale de allí,
el Norte hacia aquí se inclina,
no está lejos la marina.
¡Oh que mal que estoy aquí!
¡Buen Jesús, tú me encamina,
que mucho alárabe pasa
por esta campaña rasa!
Si hoy me he acertado a esconder,
no me despido de ver
mis hijos, mujer y casa.
Escóndese, y luego sale un morillo, como que va buscando hierbas, y ve escondido a este segundo cristiano, y comienza a dar voces: «¡Nizara, nizara!» [1], a las cuales acuden otros moros, y cogen al cristiano, y dán-
- ↑ Cristianos.