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Página:Comedias - El trato de Argel - El cerco de Numancia (1922).pdf/150

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de ellos, que se llama Cayo Mario, que responda por todos, y dice:

cayo

Si con atentos ojos has mirado,
ínclito general, en los semblantes
que a tus breves razones han mostrado
los que tienes agora circunstantes,
cuál habrás visto sin color, turbado,
y cuál con ella, indicios bien bastantes
de que el temor y la vergüenza a una
nos aflige, molesta e importuna:
vergüenza, de mirar ser reducidos
a término tan bajo por su culpa,
que viendo ser por ti repreendidos,
no saben a esa falta hacer disculpa;
temor, de tantos yerros cometidos;
y la torpe pereza que los culpa
los tiene de tal modo, que se holgaran
antes morir que en esto se hallaran.
Pero el lugar y el tiempo que los queda
para mostrar alguna recompensa,
es causa que con menos fuerza pueda
fatigarte el rigor de tal ofensa.
De hoy más, con presta voluntad y leda,
el más mínimo destos cuida y piensa
de ofrecer sin revés a tu servicio
la hacienda, vida, honra en sacrificio.
Admite, pues, de sus intentos sanos
al justo ofrecimiento, señor mío,
y considera al fin que son romanos,