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para salir de tanta desventura,
porque este largo y trabajoso asedio
sólo promete presta sepoltura.
El ancho foso nos estorba el medio
de probar con las armas la ventura,
aunque a veces valientes, fuertes brazos,
rompen mil contrapuestos embarazos.
¡A Júpiter pluguiera soberano
que nuestra juventud sola se viera
con todo el cruel ejército romano,
adonde el brazo rodear pudiera,
que allí, al valor de la española mano
la misma muerte poco estorbo hiciera
para dejar de abrir franco camino
a la salud del pueblo numantino!
Mas pues en tales términos nos vemos,
que estamos como damas encerrados,
hagamos todo cuanto hacer podemos
para mostrar los ánimos osados:
a nuestros enemigos convidemos
a singular batalla; que, cansados
deste cerco tan largo, ser podría
quisiesen acabarle por tal vía.
Y cuando este remedio no suceda
a la justa medida del deseo,
otro camino de intentar nos queda,
aunque más trabajoso a lo que creo:
este foso y muralla que nos veda