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Página:Comedias - El trato de Argel - El cerco de Numancia (1922).pdf/187

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que aun sin venir aquí venís forzados!
Levantad esta piedra, fementidos,
y descubrid el cuerpo que aquí yace.
¿Qué es esto? ¿Qué tardáis? ¿A do sois idos?
¿Cómo mi mando al punto no se hace?
¿No curáis de amenazas, descreídos?
Pues no esperéis que más os amenace;
esta agua negra del estigio lago
dará a vuestra tardanza presto pago.
Agua de la fatal negra laguna,
cogida en triste noche, escura y negra:
¡por el poder que en ti sola se auna,
a quien otro poder ninguno quiebra,
a la banda diabólica importuna
y a quien la primer forma de culebra
tomó, conjuro, apremio, pido y mando
que venga a obedecerme aquí volando!

Rocía con agua negra la sepultura, y ábrese.

¡Oh mal logrado mozo! Salid fuera;
volved a ver el sol claro y sereno;
dejad aquella región do no se espera
en ella un día sosegado y bueno;
dame, pues puedes, relación entera
de lo que has visto en el profundo seno,
digo de aquello a que mandado eres,
y más si al caso toca y tú pudieres.

Sale el cuerpo amortajado, con un rostro de muerte, y va saliendo poco a poco, y, en saliendo, déjase caer en el tablado.