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Página:Comedias - El trato de Argel - El cerco de Numancia (1922).pdf/19

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fátima

Zahara, señora mía,
dígote que me ha admirado
mirar en lo que ha parado
tu altivez y fantasía.
Ver, por cierto, es gentil cosa,
y digna de ser notada,
de un cristiano enamorada
una mora tan hermosa.
Y lo que más llega al cabo
tu afición tan sin medida,
es mirarte estar rendida
a un cristiano que es tu esclavo.
¡Y monta que corresponde
el perro a lo que le quieres!
Perdóname; frágil eres.

zahara

¿Dónde vas?

fátima

¿Dónde vas?Bien sé yo [adónde].

zahara

Dulce amiga verdadera,
lo que dices no lo niego;
mas ¿qué haré?, que amor es fuego
y mi voluntad es cera.
Y puesto que el daño veo