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Si al foso queréis salir,
llevadnos en tal salida,
porque tendremos por vida
a vuestros lados morir.
No apresuréis el camino
al morir, porque su estambre
cuidado tiene la hambre
de cercenarla contino.
mujer tercera
Hijos de estas tristes madres,
¿qué es esto? ¿Cómo no habláis
y con lágrimas rogáis
que no os dejen vuestros padres?
Basta que la hambre insana
os acabe con dolor,
sin esperar el rigor
de la aspereza romana.
Decildes que os engendraron
libres, y libres nacistes,
y que vuestras madres tristes
también libres os criaron.
Decildes que, pues la suerte
nuestra va tan decaída,
que, como os dieron la vida,
ansimismo os den la muerte.
¡Oh muros de esta ciudad!
Si podéis hablar, decid
y mil veces repetid:
«¡Numantinos, libertad