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Página:Comedias - El trato de Argel - El cerco de Numancia (1922).pdf/209

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El pan que el romano toca,
sin que el temor me destruya,
le quitaré de la suya
para ponello en tu boca;
con mi brazo haré carrera
a tu vida y a mi muerte,
porque más me mata el verte,
señora, de esa manera.
Yo te traeré de comer
a pesar de los romanos,
si ya son estas mis manos
las mismas que solian ser.

lira

Hablas como enamorado,
Marandro; pero no es justo
que tome gusto del gusto
por tu peligro comprado.
Poco podrá sustentarme
cualquier robo que harás,
aunque más cierto hallarás
el perderme que el ganarme.
Goza de tu mocedad,
en sanidad ya crecida:
que más importa tu vida
que la mía en la ciudad.
Tú podrás bien defendella
de la enemiga asechanza,
que no la flaca pujanza
desta tan triste doncella;