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Página:Comedias - El trato de Argel - El cerco de Numancia (1922).pdf/222

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saltando el ancho foso y la muralla,
han movido a tu campo cruel batalla.
A las primeras guardas embistieron,
y en medio de mil lanzas se arrojaron,
y con tal furia y rabia arremetieron,
que libre paso al campo les dejaron.
Las tiendas de Fabricio acometieron,
y allí su fuerza y su valor mostraron
de modo que en un punto seis soldados
fueron de agudas puntas traspasados.
No con tanta presteza el rayo ardiente
pasa rompiendo el aire en presto vuelo,
ni tanto la cometa reluciente
se muestra y apresura por el cielo,
como estos dos por medio de tu gente
pasaron, colorando el duro suelo
con la sangre romana que sacaban
sus éspadas doquiera que llegaban.
Queda Fabricio traspasado el pecho;
abierta la cabeza tiene Eracio;
Olmida ya perdió el brazo derecho,
y de vivir le queda poco espacio.
Fuéle ansimismo poco de provecho
la ligereza al valeroso Estacio,
pues el correr al numantino fuerte
fué abreviar el camino de la muerte.
Con presta diligencia discurriendo
iban de tienda en tienda, hasta que hallaron
un poco de bizcocho, el cual cogiendo,
el paso, y no el furor, atrás tornaron.
El uno de ellos se escapó huyendo;