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Sale una Mujer huyendo, y tras ella un Soldado numantino con una daga para matarla.
mujer
¡Eterno padre, Júpiter piadoso,
favorecedme en tan adversa suerte!
soldado
¡Aunque más lleves vuelo presuroso,
mi dura mano te dará la muerte!
Entrase la mujer.
lira
El hierro duro, el brazo belicoso
contra mí, buen soldado, le convierte;
deja vivir a quien la vida agrada,
y quitame la mía, que me enfada.
soldado
Puesto que es decreto del Senado
que ninguna mujer quede con vida,
¿cuál será el brazo o pecho acelerado
que en ese hermoso vuestro dé herida?
Yo, señora, no soy tan mal mirado,
que me precie de ser vuestro homicida:
otra mano, otro hierro ha de acabaros;
que yo sólo nací para adoraros.