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fué en la Inquisición metido,
do lo formaron proceso;
y allí se le averiguó
cómo, siendo bautizado,
de Cristo había renegado
y en Africa se pasó,
y que por su industria y manos,
traidores tratos esquivos,
habían sido cautivos
más de seiscientos cristianos;
y como se le probaron
tantas maldades y errores,
los justos inquisidores
al fuego le condenaron.
Súpose del moro acá,
y la muerte que le dieron,
porque luego la escribieron
los moriscos que hay allá.
La triste nueva sabida
de los parientes del muerto,
juran y hacen concierto
de dar al fuego otra vida.
Buscaron luego un cristiano
para pagar este escote,
y halláronle sacerdote,
y de nación valenciano.
Prendieron éste a gran priesa
para ejecutar su hecho,
porque vieron que en el pecho
traía la cruz de Montesa,
y esta señal de victoria