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Página:Comedias - El trato de Argel - El cerco de Numancia (1922).pdf/63

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yzuf

Dejad, Silvia, el llanto agora;
poned tregua al ansia brava,
que no os compré para esclava,
sino para ser señora.
Mirad que imagino y creo
que vuestra gran desventura,
para daros más ventura
ha traído este rodeo.
Con vos Fortuna en su ley,
no usa de nuevas leyes:
que esclavos se han visto reyes,
aunque vos sois más que rey.
Limpiad los húmedos ojos,
que sujetan cuanto miran
y, al tiempo que se retiran,
llevan de almas los despojos;
y no cubra el blanco velo
esa divina hermosura,
que es como la nieve obscura,
que impide la luz del cielo.

silvia

Esme ya tan natural,
señor, el llanto y tormento,
que, si me deja un momento,
lo tengo por mayor mal;
y aunque así estoy, estaré
alegre al obedeceros,
pues distes tantos dineros
de mí sin saber por qué,