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Página:Comedias - El trato de Argel - El cerco de Numancia (1922).pdf/73

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Las levantadas hondas, el ruido
del atrevido viento detenía
los cosarios bajeles en las calas,
sin dejarles salir al mar abierto,
y en otra parte, con furor insano,
mostrando su braveza, fatigaba
una galera de cristiana gente
y de riquezas llena, que, corriendo
por el hinchado mar sin remo alguno,
venía a su albedrío, temerosa
de ser sorbida de las bravas hondas;
pero después, a cabo de tres días,
del recio mar y viento contrastada,
descubrió tierra, y fué el descubrimiento
de su mayor dolor y desventura,
porque a la misma isla de San Pedro [1]
vino a parar, adonde recogidos
estaban los bajeles enemigos,
los cuales, de la presa codiciosos,
salen, y de furor bélico armados,
la galera acometen destrozada
y de solos deseos defendida.
Una pelota pasa en el momento
al capitán el pecho, y a su lado
del lusitano fuerte, muerto cae
un caballero ilustre valenciano.
El robo, las riquezas, los cautivos
que los turcos hallaron en el seno
de la triste galera me ha contado

  1. Lugar en donde se acogen los corsarios cuando les sucede algún contratiempo.