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un cristiano, que allí perdió la dulce
y amada libertad para quitarla
a quien quiere rendirse a su rendido.
Este cristiano, Silvia, este cristiano,
este cristiano es, Silvia, quien me tiene
fuera del ser que a moras es debido,
fuera de mi contento y alegría,
fuera de todo gusto, y estoy fuera,
que es lo peor, de todo mi sentido.
Compróle mi marido, y está en casa,
y puesto que con lágrimas y ruegos,
con suspiros, ternezas y con dádivas,
procuro de ablandar su duro pecho,
al mío, que contino es blanda cera,
el suyo se me muestra de diamante;
ansí que, Silvia hermana, como has dicho
que al cristiano no es lícito dé gusto
en cosas del amor a mora alguna,
tus razones me tienen ofendida,
y con aquesas mesmas se defiende
Aurelio, a quien a hecho tan cristiano
el Cielo para darme a mí la muerte.
¿Aurelio dices que por nombre tiene,
señora, ese cristiano?
señora, ese cristiano?Ansí se llama.