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Salen Aurelio y Silvia.
[aurelio]
Dádome ha la Fortuna, por descuento
de todo mi trabajo, Silvia mía,
la gloria de mirarte y el contento.
Mi pena será vuelta en alegría
de hoy más, pues que te veo, Silvia amada,
y mi cerrada noche en claro día.
silvia
Yo soy, mi bien, la bien afortunada,
pues que torno a gozar de tu presencia,
de lo que estaba ya desconfiada.
aurelio
¿Cómo os ha ido, esposa, en esta ausencia,
en poder desta gente, que no alcanza
razón, virtud, valor, almas, conciencia?
silvia
Como he tenido y tengo la esperanza
puesta en el Hacedor de tierra y cielo,
con cristiana y segura confianza,
por su bondad, aun tengo el casto velo
guardado, y con su ayuda sancta espero
no tener de mancharle algún recelo.
aurelio
Sabrás, esposa dulce, que el artero