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so Dominico, algún tiempo antes que el de Santiago; primero estuvo situado en la plazuela de la Candelaria; mas como este hospital estaba á cuidado de los Padres de Santo Domingo, para poderlo asistir con mas puntualidad, lo trasladaron á otro sitio inmediato al Convento; obra en que tambien entendió el citado Padre Paz. Siendo muchos los enfermos que acudían á él, y el Convento de Santo Domingo no tan rico, que pudiese soportar tanto gasto, se ocurrió á Su Magestad pidiéndole limosna perpetua, para la subsistencia de esta casa; y el Rey, en vista de esta peticion y del informe de la Real Audiencia, por cédula del año de 1554, le concedió 600 pesos anuales. Cuando llegó esta gracia, se estaba levantando el Hospital de Santiago, y el Señor Marroquin propuso al Soberano, que en dicho Hospital se podían curar tambien indios, pues tenia bastante capacidad. Su Magestad vino en ello y mandó se aplicase á éste la renta que tenia señalada al de San Alejo. Pero no se pudo conseguir que los indios se aviniesen á juntarse con los españoles; por lo que fué necesario informar de nuevo al Rey, quien despues de varias diligencias que mandó practicar, concedió por último el año de 1569, 600 pesos anuales al Hospital de San Alejo; pero siempre encargando á los Presidentes procurasen la union de uno y otro Hospital. La que por último efectuó el Señor D. Enrique Henriques de Guzman, el año de 1685. El tercer Hospital, que es el de San Pedro, tuvo principio el año de 1663. Pues aunque en la ereccion de esta Santa Iglesia Catedral se aplica un noveno y medio de las rentas decimales, para fábrica y mantencion de un Hospital; mas como éstas, en los principios, fuesen tan cortas, que no alcanzaban para el efecto, de acuerdo de los Señores Obispos y el Cabildo, se invirtió el citado noveno y medio, en limosnas manuales, que se distribuían los sábados, en la misma Iglesia. Este estilo se observó hasta el año de 1646, en que advirtiendo el Ilustrísimo Señor Don Bartolomé Gonzalez Soltero, que ya las referidas rentas se habían aumentado bastantemente, para poder hacer las espensas del espresado Hospital, mandó se suspendiese la mencionada limosna; y con el