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cra inmediata á la Antigua Guatemala. En estas casas se mantuvieron hasta el año de 1779, que fueron trasladadas á la Nueva Guatemala. En esta Capital concluyó el Templo de Capuchinas y lo consagró, el 7 de Agosto de 1789, el Señor Arzobispo Don Cayetano Francos Monroy, y en él estan depositadas sus cenizas y ínterin se acaba la Catedral.

Los tres Beaterios que tiene esta Ciudad, son dos del Orden de Santo Domingo, el uno intitulado de Santa Rosa de Lima, para gente blanca; y el otro llamado de Nuestra Señora del Rosario, para Indias: el tercero es de Betlemitas. El Beaterio de Nuestra Señora del Rosario, aunque fué el último que tomó la forma de tal, y sus Beatas las postreras que vistieron hábito y se sujetaron á la observancia de la regla de la Tercera Orden de Santo Domingo, fué el primero qué se fundó en esta Ciudad. Dió ocasion á su establecimiento el haber remitido la Serenísima Emperatriz Doña Isabel, por los años de 1546, á la Nueva-España algunas dueñas devotas, con el destino de fundar en las ciudades y lugares principales, casas de recogimiento, donde fuesen educadas algunas indizuelas y se les instruyese en los oficios mugeriles. A imitacion de estos colegios, establecieron los Religiosos de Santo Domingo, el de Guatemala, pero con mejor éxito, porque los del Reino Mejicano, muertas las dueñas que vinieron de Castilla, se fueron extinguiendo; cuando el nuestro permanece hasta el dia, con notables auges. Los buenos efectos que produjo este recogimiento, hicieron que se fundáran otros, en algunos pueblos vecinos de Guatemala, que llamaron Casas del Rosario; pero habiendo reclamado los. Oficiales Reales, representando el menoscabo, que de dichas casas resultaba á los tributos, se despoblaron los citados Colegios, por los años de 1580, quedando solo el de Guatemala. El que, en cédula de 9 de Setiembre de 1676, mandó Su Magestad se conserve y fomente y que no se cobre tributo á las indias, que permanecieren en él, sino que antes se les ayude y ampare en todo lo que hubieren menester. Y á mediados de este siglo 18º ó poco despues, concedió la Real piedad á este